(A)TEISMO

(A)TEISMO.




La necesidad de abrirle los ojos a los hombres ante los errores y las supersticiones que les han inculcado, pues todas las religiones son el fruto de la ignorancia, de la idolatría y del engaño del pueblo por los explotadores que se valieron de sus infundios para someterlo e imponer su voluntad, las religiones, son invenciones humanas; y por lo tanto, extravíos, ilusiones y engaños.


Todo lo que nos predican con tanto ardor y tanta elocuencia vuestros teólogos y sacerdotes sobre la grandeza, la excelsitud y el carácter sagrado de los sacramentos que nos obligan a aceptar; todo lo que nos cuentan tan gravemente sobre sus imaginarios milagros; todo lo que nos describen con tanto celo y con tanta seguridad sobre las recompensas del cielo y los terribles tormentos del infierno solo son, en el fondo, ilusiones, extravíos, engaños, infundios y patrañas; estos fueron inventados primeramente por astutos sagaces políticos, y tras ellos, los repitieron los embaucadores y charlatanes; mas tarde fueron creídos ciegamente por la gente ignorante del pueblo, y por ultimo los apoyaron el poder de los reyes y los poderosos del mundo, quienes favorecían el engaño y el extravió, la superstición y la charlatanería, y reforzaban todo eso con sus propias leyes para frenar de ese modo a las masas y obligarlas a bailar el son que le toquen.


La religión cristiana, tolera, aprueba y afianza esta inmensa, sorprendente y tan injusta desigualdad entre los estados y las situaciones de los hombres, esto cabe de demostración de que la religión no procede en modo alguno de Dios y que Dios no la ha establecido de ninguna manera, pues el buen sentido nos demuestra evidentemente que Dios, a quien se supone infinitamente bueno, sabio y justo, no podría querer establecer, sancionar y apoyar nunca tan grande y escandalosa injusticia.


El daño social que acarrea la religión consiste en que al ser un punto de apoyo de la tiranía, la mayor parte de los pueblos viven esclavizados por sus monarcas, tiranos orgullosos, y altivos que cuentan entre sus aduladores más serviles a los “santos padres” o “papas”, a los obispos y cardenales junto con toda la clerecía.


Esto demuestra que la religión tolera, aprueba e incluso legitima la tiranía de los gobiernos y estados, así como de todos los abusos, y puesto que todos los abusos de los gobiernos contradicen totalmente la justicia y la verdad natural, puesto que se oponen por completo al buen gobierno de los pueblos originarios y son la fuente, la raíz y la causa de todos los vicios, de todos los males, de todos los infortunios y de todas las maldades de los hombres, es evidente que la religión cristiana tolera, aprueba y legitima de este modo al asesino y opresor mal gobierno.

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